jueves, 30 de julio de 2015

LA TV PAGA:
UN CATÁLOGO COMERCIAL INTERNACIONAL DE PRODUCTOS.
Esa oferta de marcas, por países, puede perjudicar la pauta

Desde niño he sido un asiduo televidente. 

Muchas de mis horas de ocio las he pasado frente a la pantalla del televisor; desde el blanco y negro, hasta lo más reciente (y para quienes calculan mi edad con ese dato, se los doy fácil: 57 años recién cumplidos, 35 de ellos dedicados a la gestión de pauta en medios).

Recuerdo que hace años en Colombia, cuando sólo existía un canal “nacional” e inclusive con las Cadenas 1 y 2, al lanzar al mercado un producto con limitantes de distribución se colocaba como “pata de pantalla” un texto que decía (lo recuerdo bien) “Disponible sólo en Bogotá”. 

Yo mismo, como Director de Medios de una la más importantes agencias publicitarias de Medellín y Colombia,  hice el lanzamiento de una marca de bebidas gaseosas que decía en la pantalla “inicialmente en Antioquia”.

Muchos, muchos años más tarde nos llegó la TV paga.  Y ahora que tiene una importante fuerza comercial gracias a su alta penetración en Colombia (y buscando sus ingresos por pauta publicitaria) volvió el letrerito Obviamente actualizado y con carácter internacional o local, según el alcance de distribución del producto o servicio: “Pauta válida sólo para Colombia”, “pauta válida para la República Bolivariana de Venezuela”, “pauta válida solo para Costa Rica, Nicaragua y El Salvador”, etc. 

Y así, proporcional al alcance mono o multinacional de la pieza publicitaria, es el valor de la emisión; mejor dicho, del negocio total.

En medio de ese exitoso producto televisivo internacional, luego de mi continuo zapping (o canaleo como llaman otros), tras pasar y pasar canales, descubro una interesante situación: la variedad de productos que entran al corte de pauta, al espacio publicitario… leches, carnes frías, cosmética en general, tarjetas de crédito, entidades bancarias, ropa, vehículos,  y un prolongado etcétera, casi en su totalidad con los letreritos del caso.

“Me sirve, me sirve, no me sirve, no lo conozco, ese tampoco, aquí en Colombia tiene otro nombre, eso existía aquí y ya no lo venden, ya lo probé en mi viaje por allá y me gustó pero lástima q aquí no lo vendan”…  Así reacciono ante esos comerciales (spots) como consumidor que también soy, pues soy alguien común y corriente.

ENTREMOS EN MATERIA.

Ahora bien: como persona de Medios (de experto me califica Linkedin), no puedo negar que la Televisión (la tradicional en cada país, y la paga) tiene un grave enemigo: el zapping o el canaleo (o el control remoto, para darle forma física).  Los rumores dicen q en Colombia el efecto zapping anda por el 75%; es decir que de 100 personas q están vendo una serie, o una “peli”, 75 de ellas se van al llegar al corte de comerciales para hacer otras actividades.

Eso ya de por sí no es grave ¡sino gravísimo!, especialmente porque las centrales de medios y anunciantes no pagamos por el rating del corte de pauta, sino del programa.

Y aquí viene el punto q hoy quiero exponer: si el corte de comerciales es una mezcla de productos y servicios, muchos de los cuales no puedo adquirirlos simplemente porque no los venden en mi ciudad, ¿no será que yo como un televidente común y corriente puedo comenzar a ver como bastante inútil esa pauta, y por ello me puedo sentir más motivado a retirarme del frente de mi receptor, pues me van a mostrar muchas cosas q no me interesan?

¿O alguien puede decirme que ahora, mediante el comercio electrónico y la inmediatez de la vida diaria, piensa pedir al Perú ese yogur que acaba de ver tan sabroso en uno de los tantos programas de cocina?

Bueno… yo aceptaría (si no se me olvida) que podría decirle a mi prima vía correo electrónico, Skype, o What´s Up que, “aprovecha tu viaje de visita de la semana entrante, y tráeme un six pack de yogur, pero de melocotón…”


Seguiré escribiendo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario